Júntate con quien te regale flores.

Hoy en la cola del súper al escuchar una conversación entre dos chicas se me ha ocurrido escribir este post. Hoy voy a hablar de algo de lo que he decidido prescindir en mi vida, y no, no son los creps de nocilla, la vida sería demasiado dura sin ellos…

Son un tipo de personas que tienen un rasgo en común: se dan mucha, mucha, pero que mucha pena. Y oye, que todos nos damos penica de vez en cuando, que domingos de resaca hemos tenido todos, pero los que yo digo se la dan siempre.

A todos les ha tocado el peor trabajo que puedas imaginar, han tenido siempre, siempre, siempre mala suerte en todo y están muy ocupados en la vida echando pestes de todos los males del planeta como para disfrutar de todo lo bueno que les rodea.

A mi particularmnete no me gusta ese tipo de gente, porque si algo además de agrandarme el culo han hecho estos 33 años en mi persona, es aprender a distinguir con qué tipo de personas  quiero compartir un cafetillo.

Que la vida no es un campo de rosas y amapolas, eso lo sabemos todos, que hay momentos que meterías la cabeza en un water y tirarías de la cadena también… pero por Dios y por la virgen, un poco de actitud en la vida y alegría pa’l body que aquí hemos venido a pasarlo bien y no tenemos tiempo que perder.

Que yo creo (es solo mi opinión) que la vida no va de lamentarse : «no soy feliz porque ese tío no me quiere, no soy feliz porque no me gusta mi compañero de trabajo, no soy feliz porque nadie me valora» … ¡oye!  ¿Algo tendrás que ver tú en todo esto no? ¿y si le das la vuelta? …

Como cambia la historia cuando uno decidide levantarse por la mañana y ser feliz, mandar a tomar vientos al tontolaba de tu novio, cambiar de trabajo porque no eres un árbol y tienes patas para moverte y llegar a donde te de la gana, empezar a valorate a ti mismo/a que si tú no te quieres… cómo te van a querer los demás hijo mío de mi alma.

La pena de esta vida es darse pena. La pena es no saber disfrutar de todo por lo que merece la pena esta vida. Hay que buscar el amor, las oportunidades, hay que ir a por la suerte y enfrentarse a la adversidad. Hay que gozar, reír, beber vino y pasar haciendo ruido. Hay que sacar pecho, porque tú lo puedes conseguir, hay que atraer a la buena gente, tratar de ser mejor persona, cada día, cada hora, cada minuto.

Tenemos que dejar de lamentarnos y de contarle al mundo lo feo que está todo. El mundo agradecerá  tus besos, tus abrazos, tus risas, tu ilusión y seguro que harás de tu mundo un lugar donde apetezca mucho más quedarse. Cuéntale a tus hijos todo lo maravilloso que le espera ahí fuera, contágiales de actitud, enséñales a soñar y a no dejar de cumplir sueños.

Y hoy me apetecía decirle a la amiga de la del súper: chiquilla no te juntes con quien te robe las ganas, la alegría y la ilusión que todo lo malo se pega, que de todo se sale y de todo se aprende.  Júntate con quien te regale flores de todos los colores y te ayude a regarlas cada día.

Y acabo este post pensando que es inútil buscar una vida perfecta, no la vas a encontrar, eso se lo dejamos a Elsa Pataki que más divina no puede ser la tía (¡qué abdominales, que marido, qué hijos!).

Valora lo que tienes, lo que eres y sobre todo júntate con quien te haga feliz.